En lo alto de la cordillera de los Andes, donde las nubes danzan entre picos majestuosos y el viento susurra secretos a través de los páramos, se alza el imponente volcán Patascoy. Este coloso, dormido por siglos, es un guardián silencioso de historias olvidadas y misterios que yacen en sus entrañas.

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Cuentan los abuelos de la región que el Patascoy no es un volcán cualquiera, sino el hogar de los espíritus protectores de la tierra. Entre ellos, destaca Imaja, el espíritu del fuego, quien cuida el calor que da vida a los campos y los ríos subterráneos. Según la leyenda, Imaja vive en el corazón del volcán, resguardando un cristal llameante conocido como "el ojo del Patascoy", capaz de otorgar el poder de transformar la naturaleza misma.